No tengo nada en contra del sistema sanitario. Seguro que tienes sus pegas pero los últimos años puedes ir al CAP y te atienden a la hora programada (o con sólo unos minutos de demora), no está lleno de viejos haciendo colas inútiles y cada vez tardan menos en darte resultados. También han modernizado las instalaciones y el personal ha rejuvenecido (ya no se ven doctores milenarios que podrían ser parientes del doctor Frankenstein...). Si a eso le sumamos que puedes pedir hora por internet sin tener que pasarte quince minutos al teléfono, uno se queda maravillado comparándolo con años atrás.
Hoy me ha tocado ir por un pequeño accidente que tuve el sábado pasado. Volvía por la mañana tan tranquilo de visitar mi centro comercial favorito con mi hermano y un amigo y me quedé clavado en el suelo por culpa de una baldosa hundida un poco. Mi rodilla se resintió y empezó a molestarme. Cómo no me bajaba el dolor pedí hora online. Afortunadamente hoy podían atenderme, no me apetecía pasarme ocho horas en urgencias , sobre todo por algo "menor".
En mi CAP mi doctora, la
doctora Mengele (es muy eficiente, muy maja pero tiene menos tacto que un vulcaniano) me ha mandado a un centro de urgencias menores que hay cerca, donde tratan a todos los que no se mueren o sangran, para no bloquear las urgencias del hospital, y atienden mucho más rápido. Ahí en menos de una hora me han hecho una radiografia, me ha visitado dos veces un doctor y me han dado todos los resultados, algo impensable para urgencias...
Mientras estaba estirado en la camilla me han venido al la mente varias cosas:
-Me he acordado de las pelis porno que uno ve de adolescente, con catorce años. ¡Uy lo que he dicho! Porno, porno, porno, porno, porno....(a ver si lo borran). Si, esas que hoy en dia parecería patilleras a más no poder (pero con el mismo tema, al fin de cuenta...). Me he acordado en especial de las de hospitales, donde frinkaban como locos en las camillas... ¡Eso es mentira! ¿Habéis visto lo incomodas que son las camillas de los hospitales hoy en día? Ya no hablo de la camilla de alumino (o lo que sea) de la sala de radiografías. ¡Por Crom, si ya cuesta estirarse, no te voy a decir frinkar! Por mucho que te de un calentón, ahí es sin duda el lugar menos aconsejable del mundo!
-Las peliculas de miedo.
Silent Hill, de mi director amado Christophe Gans, fiel a uno de mis videojuegos favoritos. Uno está tranquilo intentando ponerse cómodo (sin conseguirlo) en la camilla y de la nada seguro que aparecen las enfermeras supersexis ,pero desfiguradas y ciegas, armadas con bisturís, que quieren dedicarse a reducirte a carne picada. La mejor defensa si no tienes una escopeta es apagar la luz y quedarte muy quieto, o lanzar algo que haga ruido o luz a una dirección contraria, para tener tiempo de escapar, siempre que no te espere al otro lado del pasillo Cabeza Piramide...
-Tambien me he acordado de
Hellraiser. En especial de la pobre Kristy Cotton, que no se le ocurre otra cosa que jugar con
La Caja, si, ese rompecabezas que no debes tocar por mucho interés que tengas, no vaya a ser que atraigas la atención de los cenobitas, los demonios de la carne, el dolor y el placer... Porque lo pasarás muy mal. La pobre Kristy a falta de una se topó dos veces con el amigo Pinehead, aún me acuerdo de la escena del tío Frank escribiendo en la pared del psiquiátrico "HELP ME, I'M IN HELL...".
Así que ya lo sabéis. Si váis al hospital, al Cap o a urgencias, llevad siempre un arma (o mejor más de una), no vayan a abrirse las puertas del infierno, haya un outbreak zombie, o simplemente los cyberdemons del Doom quieran viajar a la Tierra y vosotros os hayáis olvidado la
BFG-9000 en casa...
Todo este rollo para deciros que he ido al medico. A ver si van a ser las medicinas...