Un día Serendipity...

A lo largo de nuestra vida, todos tenemos un día Serendipity en la que, por casualidades, nos pasa algo que nos deja fuera de lugar y que puede (o no) afectarnos en un futuro. Me vais a llamar loco cuando os cuente esto que me ha pasado hoy.

Antes que nada poneros en antecedentes. Hace varios meses que de vez en cuando sube en la siguiente parada donde yo cojo el autobus al salir de la oficina una chica un poco más mayor que yo (pongamos treinta y medios). Se puede decir que es guapa pero no un belleza, aunque eso no importa realmente. Siempre se pone a leer con un lector electrónico de libros de los que se están poniendo de moda. No la veo siempre, por lo que deduzco que a veces coge el bus de antes, a veces el de después. Muchas veces cuando lee está escuchando música, con lo que el intercambio de palabras con los demás pasajeros es nulo.


Hoy la he vuelto a ver. De hecho se ha sentado frente a mí. Al ir a coger yo mi libro y encender el reproductor mp3 para escuchar música como hago cada día, se me ha escapado un"Ostia, un Kindle". Ella me ha mirado y se ha reido, y me dice "No, es un Cybook, es francés..." y hemos empezado a intercambiar opiniones sobre los libros electronicos. Me ha comentado que tiene dos, éste y uno Sony de su marido (siempre aparece uno). Ella me lo ha dejado para que viese que no pesa nada, que es muy facil de usar. Y aunque era un modelo barato y viejo (unos dos años) era muy util. Llevaba bateria y se carga por usb. Hasta ahí bien.

Cuando se lo devuelvo me dice "Así me leí yo Juego de Tronos y los libros de Gerald de Rivia...". Y yo me he quedado sin habla. Se ha reido (obviamente se ha notado un montón) y hemos empezado a hablar de fantasia y ciencia ficción, de antiguas colecciones de los 80, de las editoriales en general, de series de tv... como si la conociese hace mil años, como cualquiera de mis amigos. Hemos bromeado, nos hemos metido con las editoriales y los precios abusivos en España, hemos intercambiado opiniones sobre escritores... Hasta que ha llegado mi parada y he tenido que bajar. Al despedirme le he dicho "Por suerte, a veces encuentras a alguien con el que merece la pena hablar y sabe" y ella ha sonreido.

Por raro que parezca ninguno de los dos ha mencionado su nombre ni ha preguntado el del otro. Ni siquiera hemos intercambiado emails ni nada. Otro tal vez lo hubiese hecho, yo sin embargo me he quedado con mi momento Serendipity. Obviamente no le voy a tirar los trastos a la primera chica que vea en el autobus pero me ha dejado con mariposas en el estómago. Ahora mismo me siento como John Cusack. Llamadme tonto, cretino o lo que querais. A veces pienso que la vida es injusta pero al menos también se que a veces puede ser dulce.