lunes, 6 de abril de 2009

Epifanía literaria

Hoy ha sido un día muy raro. En teoría es oficialmente mi primer día de vacaciones (el fin de semana no cuenta :P) y realmente no tenía muchas ganas de hacer nada. Me había hecho la idea de salir a pasear sin rumbo fijo escuchando Erik Satie hasta que mis piernas aguantasen pero a primera hora de la mañana me ha llamado mi hermano postizo C para decirme que no tenía vacaciones. SI, hermano postizo, porque a C lo conozco desde la EGB y lo veo casi cada día. C está igual de tarado y friki que yo, lo que le convierte en el único compañero de colegio con el que mantengo contacto. Los demás como si los han encerrado en un batiscafo y los han lanzado a la fosa de las Marianas, me importan más bien poco. Pero para variar, me estoy desviando del tema....

Me he pasado la mañana dando vueltas por el centro y mirando tiendas. Eso si tras degustar un sano desayuno mediterraneo en el Von Till a base de hamburguesa con cebolla y patatas... Sí, quería cuidarme y lo estoy consiguiendo, pero un día es un día y las hamburguesas del Von Till pueden más que yo. Si algún día pasais por Barcelona os llevo a este sitio y al Pibe, y lo entenderéis.

Por la tarde he ido a mirar librerías, porque se acerca Sant Jordi y desde hace años tengo la costumbre de regalar un libro a mis amigos. Pero no los típicos libros superventas de Sant Jordi como hace la mayoría de gente. Cada libro está cuidadosamente escogido para la persona a la que va destinada. A sido durante la visita a la Casa del LLibre del paseo de Grácia que me ha venido la inspiración divina. Tengo una musa que es muy cabrona y suele visitarme cuando menos lo espero. Normalmente llevo el EEPC o una pequeña libreta encima pero esta vez se habían quedado en casa, por lo que he salido a toda prisa y he empezado a apuntar como he podido en las notas del móvil. Al llegar a casa tenía una base sólida para un primer borrador de transfondo de historia y personajes, que ya he apuntado y pasado debidamente a la base de datos de historias por escribir que tengo. De momento se queda ahí, ya que tengo dos libros desarrollandose a la vez y sólo me falta un tercero para que me complique todo y me haga no terminar ninguno. Pero siempre es bueno tener algo a mano por si me encallo en el resto.

Es bueno comprobar que pese a los continuos bajones las neuronas aún funcionan y que mi alter ego de escritor no está tan muerto como creía. A ver si consigo terminar algo este año.

2 comentarios:

Carmina dijo...

tu musa no es la unica cabrona, a mi me suele asaltar en la vigilia, y como mi marido se pone de los nervios si me levanto a escribir lo tengo que retener todo en la mente y no veas lo complicado que es, paso una noche de locos intentando no olvidar la idea ya la mañana siguiente no valgo un pimiento, pero bueno que le voy a hacer ya le he dicho que las visitas no se hacen a esas deshoras pero pasa de mi. Me gusta tu costumbre de regalar a tus amigos libros por San Jordi yo le suelo regalar a mi hijo y a mi misma puesto que si espero que lo haga mi pareja me puedo hacer vieja, porque no le gusta leer y es mas para el los libros son trastos que estorban, ya tengo comprados los de mi hijo, y yo llevo este mes comprados unos cinco asi que igual depende de las pelas me pienso el comprar mas...besos

B dijo...

Me parece muy guay lo de buscar un libro especial para cada persona...lástima que en Madrid apenas se celebra el día de San Jordi