Navidad es una época de ilusión, donde la gente que se quiere intercanvia regalos como muestra de cariño. Es un acto realmente bonito y que, aunque sea por unos minutos, nos devuelve a la inocencia de nuestra época de crios. Pero la realidad deja mucho que desear.
Existen diversos categorías de personas, un tanto especiales, en relación a los regalos. Hay personas que realmente no quieren gastarse dinero, dando mil excusas por ello. Que si la vida es muy cara, que si es una fiesta consumista, que si ahora no se lo pueden permitir. Claro que muchas veces es la misma gente que se gasta una media de 100 euros al ir a un restaurante, o fuma dos paquetes diarios y desayuna y come en el bar por no hacerse la comida, o, cómo un caso que conozco, no regala nada alegando falta de liquidez y se acaba de comprar una moto nueva de 6000 euros. Eso si, tienen móviles caros mejores de los que tu verás jamás, ordenador y portatil, canal satélite y no se pierden ningún partido (de pago) de su equipo favorito. El caso más aberrante me lo contó un familiar, que conocía a una persona que por navidades regalaba películas copiadas en dvd con caratulas fotocopiadas, porque no gastaba dinero en regalos pero al menos la intención era buena.
Luego están los que directamente no se preocupan por los regalos. Compran lo que sea, normalmente todo el mismo día (y suele coincidir con el último día), intentando muchas veces dejarse lo mínimo (como en el caso anterior). Compran bufandas o sartenes para su madre, guantes para su padre y una película (la que sea) para su hermano o un disco de los de Operación Triunfo a su hermana (aunque ella prefiera Iron Maiden). Y si hay que hacer más regalos (parejas de hermanos, tios, nietos,....) es ya el caos. Estos normalmente acaban en un bazar chino o en algún mercadillo, que tienen de todo y para todos. También es muy normal ver siempre en un centro comercial o en una tienda a una pareja (o a un individo hablando por el móvil con otr@) sobre si "esto para tu hermano que le gusta el cine" (aunque tenga en las manos un dvd de Paco Martinez Soria) o "su novio es tonto y se conforma con lo que sea o que se joda, que total no es familia...". Que bonito es el cariño navideño.
Por ultimo están los que directamente les preocupa tan poco o les falta inventiba, que acaban diciendo "comprate lo que quieras" (si es su pareja/conyuge) o "toma veinte euros" si es cualquier otro. Todo un caso de falta de interés.
El problema es muy sencillo. La gente siempre confunde regalos con dinero. Un regalo no es dinero. No tiene que ser barato ni caro. El regalo simplemente ha de ser el apropiado para la persona destinada. Y no, no hemos de hacer regalos a todo el mundo, ya sean familiares, amigos o conocidos. Sólo a los que realmente lo merecen, a los que te quieren de verdad y te demuestran día a día que siempre estarán contigo. Desde siempre he hecho regalos a los cuatro que se lo merecían de verdad, pensando en la persona a la que iba destinado, en su caracter, sus gustos, su forma de ser... A veces me he dejado la piel buscando cosas raras y he tardado meses en encontra lo que queria (soy de los que empiezan a mirar regalos en el mes de agosto), y otras veces simplemente me he acercado a tal tienda a comprar un disco o una pelicula que acababa de salir. Pero siempre, antes de comprar nada, me he asegurado que era lo conveniente para la persona que recibe el obsequio. Si no se hace de esta forma puede pasar como lo que he visto yo en un centro comercial: una cola de casi 100 personas con caras largas devolviendo los regalos de hace dos días. Es un espectaculo penoso que dice mucho de cómo somos hoy en día.
He de reconocer que a veces me he pasado tres pueblos (sobretodo con mis intereses sentimentales), pero cuando uno pierde la cabeza a veces comete algunas imprudencias económicas. Al fin y al cabo, yo también soy humano y estoy lejos de la perfección. Alguna vez tal vez cuente las burradas que he cometido, porque algunas son dignas de posteo y merezco se crucificado por ello.
Por cierto, aunque este post tenga un aire navideño, es igualmente aceptable para cumpleaños, santos, bautizos, bodas y demás celebraciones donde intervengan regalos. Y un consejo, si alguien os pregunta que queréis, responded lo que yo digo siempre: Nada. Cuando alguien pregunta es una clara señal que esa persona no te conoce lo suficiente y es incapaz de romperse la cabeza por tí lo más mínimo. Por mucho que lo queráis, os ahorrareis un sermón, un discurso o un cabreo.