miércoles, 21 de octubre de 2009

The Piano Man y las pijas descerebradas

La mayoría de niños de hoy en día ni tiene ni idea de lo que es la música. Acostumbrados a esas cadenas principales que sólo ponen lobas, bisbaladas y los artístas "del momento", se han olvidado de lo que signigica la palabra músico. es muy fácil poner una pegatina que indique #1 y la gnte muchas veces tiende a creérselo. Sin desmerecer el talento musical de algunos, muchas veces se encuentran casos de gente que lleva más de diez años en el mundillo pero resulta que se han hecho famosos por la canción de tal anuncio, y de la noche a la mañana aparecen fans de debajo de las piedras. Pero creo que me estoy desviando del tema, para variar....



Anoche y tras varios años de audiencia en los escenarios de nuestro país, Elton John demostró que a sus 60 años sigue siendo un músico extraordinario. Dejando de lado el montaje audiovisual espectacular y que incluía a Justin Timberlake haciendo de Elton John joven, durante las dos horas que duró el concierto no hubo un segundo que el Palau St Jordi dejase de vibrar. Una tras otra sonaban los clásicos que le inmortalizaron. Bennie and the Jets, Rocket Man, Daniel , Someone save my life tonight (incluida un guiño cómico con el intento de suicidio de Elton John en los años 60, el famoso incidente del cojín y el horno), Candle in the wind, Don't let the sun go down on me (con una fabulosa performance), Sorry seems to be the hardest word, Goodbye bellow brick road, Pinball Wizard (homenajeando a Tommy), I'm still standing, y por supuesto, Your Song, como cierre. Entre canción y canción no dejó un segundo de pasearse por todo el escenario dando las gracias un millón de veces al público que no paró en toda la noche de vitorearlo.

Hasta aquí bien. Solo hubo un detalle que realmente me molestó...
Las niñatas pijas...

La media de edad de los presentes era de unos cincuenta años, gran parte de ellos fans incondicionales desde el inicio de su carrera. Era lógico. Pero siempre que ocurre un evento de estos aparecen ellas.

Y si, por mucho que parezca no es una afirmación machista, es un simple analisis realizado después de presenciar unos cuantos conciertos. Suelen tener entre veinte y veinticinco años, estudiantes la mayoría de ellas, aunque alguna ha empezado a currar donde el papa(si le pueden llamar currar a eso). Cuando van solas van en grupos de tres a cinco individuos, aunque suelen preferir arrastar a las parejas que lo único que quieren es estar viendo el fútbol (porque ayer había y yo juro haber visto gente con auriculares puestos en más de un concierto) en vez de gastarse cincuenta euros en ver a alguien que la mayoría de veces desconocen quien es. Las susodichas individuas, las pijas descerebradas, hablan un lenguaje que los demás mortales desconocemos, conocido por los linguistas como Osea. Hablan con un tono superior en decibelios al que el oido humano puede soportar y repiten una y otra vez la misma frase, Oseaaversitocanmicancionladelanuncioquestopeguiaosea, en todas sus variaciones. Se las dan de enteradas para que todo el mundo se entere de lo poco que saben, alguna incluso llega a reconocer que ha comprado la entrada al verla anunciada y no por conocimiento musical.

Anoche me tocó soportar media docena de estos especímenes, las tenía justo detrás de nuestros asientos, y de no ser por mi hermano que tiene más paciencia que un santo me hubiese girado para decirles unas cuantas palabras. Por suerte se callaron al enterarse que su equipo favorito de futbol perdia (Crom es justo y se venga) antes que pudiese usar todo mi vocabulario de sinónimos malsonantes.

Lo malo es que es un fenómeno que no se da sólo en los conciertos. En el cine también sucede. Sobre todo en los que están fuera del circuito comercial. Durante unos años iba muchas veces a un par de cines de Barcelona donde daban peliculas de todo tipo, alternativas, antiguas, seleccion de festivales...la gran mayoría en versión original. El deporte favorito de esos esperpentos era al salir de la "uni"irse a tomar algo y ponerse en la cola de cualquiera de las películas que diesen. Juro por Crom que he llegado a oir en esa cola frases del tipo

-¿Que peli vemos hoy? -Es igual, cualquiera que seguro que son todas buenas

Claro que luego pillan algo de Byambasuren Davaa o de Takeshi Mike y se mueren. Lo malo es que a la semana siguiente volvían. Durante ese tiempo y cual buen psicópata (papa Lecter estaría orgulloso) logré identificar a varios grupos distintos de individu@s, y procuraba sentarme bien lejos de donde se pusieran, por si me entraban las neuras homicidas y ocurria un pijacidio.
Toda esta perorata para contaros que fui ayer a ver a Elton John, que moló mil (pese a los vecinos) y que no ha perdido nada pero que nada de talento. Por suerte fué una noche espectacular.




2 comentarios:

Misia dijo...

Cuando fui al concierto de Alicia Keys me tocaron unas bobas detrás que me fliparon: se emocionaron más cuando salieron los de Fama a bailar una canción que con la propia cantante y las únicas canciones que habían oído de Alicia eran los singles (aunque en realidad eso lo agradecí, porque cada vez que conocían una canción la cantaban a voz en grito y me dejaban sorda y sin escuchar lo que realmente lo que yo había ido a oir, a Alicia).

¡Y las entradas costaban una pequeña fortuna! no lo puedo entender.

Vida Dospuntocero dijo...

Es una plaga de la que no puedes salvarte, a no ser que vayas a conciertos de metal, claro, porqué ahí se comen a los pijos XD.

Como bien dices, es una suerte que la mayoría de veces no conozcan las canciones. Aún así da ganas de tirarlas desde la tercera gradería a la pista de un patadón.